[Escrito originalmente en inglés por Elodie Reed. Traducción por María Aguirre.]
Es un sábado soleado de verano en la Tree Farm en Essex Junction. Un cartel que dice “¡Torneo de Fútbol!” recibe a varios conductores que llegan al parque. Los arcos de fútbol se ubican en los extremos de cinco canchas de fútbol de color verde brillante. La gente se empieza a reunir mientras se escucha en los parlantes a la artista mexicana de pop, Natalia Lafourcade.
You can read the English version, here.
La presentadora del día es la organizadora de campo de Justicia Migrante, Thelma Gomez. Hablando con el micrófono, da la bienvenida al campeonato, el noveno que realiza la organización.
“Entonces, compañeros y compañeras, vamos a iniciar con la ceremonia de bienvenida del torneo 2022, que ha sido uno de los eventos más importantes para toda la comunidad”, dice ella. “Hemos visto este espacio no solo de convivencia, verdad, pero que también es una bonita forma de recaudar fondos para seguir haciendo el trabajo que estamos haciendo, verdad, para seguir luchando por los derechos de todos nosotros”.
Catorce equipos — 10 de hombres y cuatro equipos de mujeres — se han inscrito para jugar, incluyendo dos de Nueva York y de Maine.
Y voluntarios, como Anthony, llegan para ayudar a registrar los goles.
“Para apoyar sobre lo que es las tablas, anotar lo que son los goles, los números de la playera, quien anotó un gol y todo eso. La verdad, me gusta mucho lo que es el deporte”, dice él.
Anthony agrega que este sábado no puede ser más diferente que un sábado normal.
“De estar trabajando siempre en rancho con vacas lecheras, y pues, siempre, siempre estás enfocado en eso, no despertás un poco lo que es la mente y este es el momento más, más bueno para despejar la mente”, dice él.
Pero hoy … ¡hoy todo se trata de fútbol!
Justo antes de almuerzo, los árbitros pitan y comienzan los partidos de los equipos masculinos. Entre esos que buscan la victoria, está Roman Juarez. Él está compitiendo con el equipo Misty Knoll, nombre que le dieron por la granja de pollos dónde él y sus compañeros trabajan en New Haven.
Juarez dice que su equipo entrena cuando puede.
“Tenemos encuentros con otros equipos de por ahí cerquita y pues, ahora así, es como todo, a veces se gana, a veces se pierde, e importante que nos sirve de relajamiento, de distracción por el, por el trabajo. Sí, sirve mucho el ejercicio”, dice él.
Él dice que este evento especial, que se da una vez al año, lo hace feliz.
“Estás muy alegre, ahora sí pararse en la mañana, alistarse con ganas de venir a convivir este día aquí, no es siempre, es año con año, y ahora sí”, dice Juarez.
Una parte importante del día que lo contenta es, por supuesto, la comida. El olor de a carne se esparce por el aire desde unas carpas ubicadas en borde del parque.
Detrás de una pancarta brillante morada y rosada que dice “Doña Alejandra Tacos,” Alejandra cocina, conversa y promociona sus taquitos y aguas frescas a posibles clientes.
“Ah pues, muy feliz, muy contenta de que la comunidad está creciendo y pues, ofreciendo mi comida, mis tradiciones, mis raíces”, comenta ella.
Alejandra también está inscrita en uno de los equipos femeninos del campeonato.
“Vamos, de hecho, hay un equipo que somos Las Chicas del Sur y somos nosotras”, dice ella.
Bajo la sombra de un árbol, Maria Neuri está sentada junto a un grupo de mujeres. Todas se están trenzando el cabello antes de que empiece su partido.
“Hoy este día es un gran evento y pues vengo igual con las compañeras y el nombre de mi equipo es Mujeres sin Fronteras”, dice Maria Neuri.
En los pasados años, más mujeres han buscado tiempo, y transporte, para participar del campeonato.
“Llevamos tres jueves entrenando, nos conocimos pues casi la mayoría como somos, vivimos de diferentes [granjas] y pues, ya fue que en el entrenamiento que estábamos haciendo pues ahí nos conocimos”, dice Maria Neuri.
El día es sobre fútbol, sí, pero hay más según Thelma Gomez, la organizadora de campo para Justicia Migrante.
“Y no solo es el espacio como para jugar fútbol, no solo hablamos de eso, pero de la conexión con las mujeres, el que sientan que es un espacio donde se las escucha y se les reconoce y donde nos sentimos como bien”, dice ella.“Pues, que la comunidad ha estado creciendo y creo que este es uno de los ejemplos de cómo nos sentimos aquí en Vermont”.
Y en este soleado sábado de verano, esta creciente comunidad llena el parque de Essex Junction para jugar, comer, reírse y disfrutar.
Puedes leer una versión en inglés de la historia, aquí. Producimos la versión en español en alianza con New Hampshire Public Radio.
¿Preguntas, comentarios o sugerencias? Escríbenos o envíale un tweet a la productora/reportera Elodie Reed @elodie_reed. También puedes enviar un correo electrónico a quehay@nhpr.org.