[Escrito originalmente en inglés por Elodie Reed. Traducción por María Aguirre.]
A las dos de la mañana el 28 de enero de 2023, la policía estatal de Vermont respondió a una llamada de una granja lechera en Addison. Según un informe escrito, llamaban a la policía para reportar que el propietario de la granja alegadamente estaba agrediendo a un trabajador agrícola y a algunos visitantes cuando estos dejaban una entrega.
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Este incidente eventualmente llevaría al trabajador agrícola en cuestión a ser despedido.
En las imágenes de la cámara corporal del policía Brandon Slaney, el propietario de la granja le dijo al oficial que los visitantes estaban en el establo, donde les había pedido no entrar.
“Entonces, estaba viniendo aquí alrededor de cuarto para la una para alimentar a las vacas”, le dijo a Slaney. “Veo un vehículo, entonces volví a dar la vuelta, y uno de ellos, que debería estar ordeñando a las vacas, está afuera. Entonces dije, ‘deberías estar ordeñando’. Y dije, ‘Entra al establo’. Y dije, ‘Entra al f—ing establo’”.
Slaney luego le preguntó si el trabajador agrícola estaba bien.
“Acababan de ver que habías agarrado a alguien, y estaban tratando de llamar para asegurarse de que estaba a salvo”, dijo Slaney.
El propietario de la granja respondió: “Básicamente estos tipos, hombre – quizás seamos de las únicas granjas, de las pocas granjas de por aquí que tratan bien a estos tipos”.
Pero, las imágenes de la cámara corporal de la policía estatal de Vermont muestra que ningún oficial buscó interrogar al trabajador agrícola.
(Vermont Public se contactó con la policía estatal de Vermont sobre el incidente. En respuesta, su departamento de Política Justa e Imparcial y Asuntos Comunitarios revisó el caso, y dijo que si bien no se necesitaba intervención adicional de la policía, planteó algunas preguntas sobre la facilidad con que los oficiales pueden acceder a servicios de traducción).
Miguel Mejía dijo que él era el trabajador agrícola en el centro de este reporte policial, y que el propietario de la granja era Andre Dubois.
Mejía habló con Vermont Public a través de un intérprete a comienzos de este año, y dijo que tres días después del incidente, fue despedido.
Él dice que su jefe lo botó. “Llegó la policía y pues [él] dijo que yo le avisé a la policía”, dijo Mejía. Pero él dijo que él no pudo haber llamado a la policía porque no sabe hablar inglés.
Mejía no solo perdió su ingreso pero también su hogar, y terminó mudándose fuera del estado para buscar un nuevo trabajo.
Él dijo que le gustaba trabajar junto a familiares y ordeñar vacas en Vermont, pero esa experiencia lo había hecho sentir mal.
Vermont Public se contactó con Andre Dubois. Él no quiso discutir el indicente, pero confirmó que Mejía sí fue un empleado en la granja.
Riesgos en el lugar de trabajo para trabajadores agrícolas inmigrantes
La agresión es uno de los ejemplos más atroces de un lugar de trabajo inseguro. Pero los trabajadores y defensores dicen – y documentos revisados por Vermont Public demuestran – que es común para los trabajadores agrícolas inmigrantes de Vermont experimentar condiciones de trabajo injustas e inseguras.
Un trabajador le dijo a Vermont Public que perdió el dedo del pie después de manejar una minicargadora que estaba funcionaba mal. Su pie se atrapó entre el cubo y el neumático delantero. El dolor, dijo, se sentía como si su “cuerpo se salía por el pie”.
Una artículo académico de 2021 publicado por investigadoras de la Universidad de Vermont demuestra que aunque la industria láctea ya es uno de los sectores más peligrosos en la agricultura – debido a que el trabajo requiere lidiar con animales grandes, maquinarias y químicos tóxicos – los trabajadores inmigrantes Latinos están especialmente en riesgo.
La mayoría de trabajadores agrícolas en granjas lácteas no hablan inglés, lo cual indica que puede complicar recibir el entrenamiento de seguridad apropiado. También se piensa que muchos de estos trabajadores son indocumentados y temen a ser deportados, por lo que evitan buscar atención médica o reclamar.
Entonces, muchos trabajadores agrícolas inmigrantes no se quedan mucho tiempo en su trabajo.
Qué recurso está (o no) disponible
Después de perder su trabajo en la granja Dubois, Mejía sí trató de tomar acción. Él se acercó a la organización defensora Justicia Migrante, quien se contactó con Vermont Public para compartir esta historia.
Juntos, Mejía y Justicia Migrante presentaron una queja a través de “Speak Up Line”, una línea de emergencia que está disponible para trabajadores de la cadena de suministros de Ahold Delhaize, la compañía matriz de Hannaford Supermarkets.
Los documentos brindados a Vermont Public demuestran que Hannaford respondió un poco menos de dos meses después, diciendo que realizaron una investigación en la granja Dubois y presentaron una advertencia formal a su proveedor. Agregaron que “no hay lugar para ningún tipo de comportamiento violento en el lugar de trabajo”.
Hannaford no le brindó asistencia a Mejía.
La organizadora de Justicia Migrante, Marita Canedo, también llamó a la policía estatal, y dijo que ella le había dicho que ya no se podía hacer nada más.
Canedo planeaba ayudar a Mejía a presentar una queja con el departamento de trabajo de Vermont – todo trabajador, sin importar su estado migratorio, tiene el derecho de presentar quejas tanto estatales como federales de trabajo. Pero, ella ha perdido el contacto con Mejía desde que él se mudó fuera del estado para un trabajo nuevo.
“La realidad es que las personas siguen con su vida”, dice ella. “Y no confían en esto, sabes, en un proceso largo y en una investigación. Quiero decir, no van a recuperar su trabajo”.
Una solicitud de documentos para Vermont Public desmuestra que no muchos trabajadores agrícolas utilizan el sistema de quejas laborales del estado. En los pasados cinco años, el departamento de trabajo de Vermont ha investigado solo una granja lechera después de una queja presentada por un trabajador agrícola inmigrante.
El trabajador alegadamente fue despedido después de enfermarse al usar formol para lavar los pies de una vaca, y no utilizar el equipo protector necesario. La investigación tomó alrededor de cinco meses para resolverse, y los documentos demuestran que ninguna de las reducciones requeridas para la explotación modificó al trabajador en cuestión.
Leche con Dignidad
Por supuesto, hay situaciones donde ninguna reparación puede remediar lo sucedido. En 2009, un trabajador agrícola inmigrante en Vermont se murió mientras trabajaba. Fue allí cuando Justicia Migrante se empezó a organizar, cuentan, y eventualmente construyeron el programa de derechos de trabajadores agrícolas que se conoce como Leche con Dignidad (Milk With Dignity en inglés).
Bajo el programa, las corporaciones le pagan a las granjas una prima para seguir los estándares laborales y de vivienda.
Leche con Dignidad tiene una línea directa particularmente efectiva en comparación con las líneas de quejas corporativas. Esto según las investigadoras de la Universidad de Virgina, Kathryn Babineau y Maya Stephens, quienes escribieron los resultados para Harvard Business Review.
Adicionalmente a estar disponible en español 24/7, Babineau dice que se puede acceder a la línea directa en WhatsApp, lo cual facilita su uso para trabajadores agrícolas en áreas rurales.
“En los sitios donde el servicio celular no sea particularmente bueno, pero el Wifi es generalmente bueno”, dijo Babineau.
En dos años y medio, 260 trabajadores agrícolas inmigrantes realizaron 460 llamadas. El tiempo promedio entre una llamada y una investigación es de un día - y entre una llamada y una solución completa, cinco días.
Maya Stephens dice que también ayuda que no todas las quejas requieran un proceso formal.
“Los trabajadores pueden escribirnos la queja, o pueden solo llamar, sabes, a diferentes mánagers de las granjas y eso”, dijo Stephens. “Y esa informalidad que también va en contexto con la granja lechera, y la cultura y la estructura de la misma ya está en el lugar”.
Las investigadoras dijeron que otro componente importante es el mecanismo de aplicación de Leche con Dignidad. Los empleadores de granja corren el riesgo de perder su contrato de suministro de leche si toman represalias contra los trabajadores o no toman ninguna acción.
Hasta ahora, Ben & Jerry’s sigue siendo la única corporación que firmó con Leche con Dignidad, la cual cubre el 20% de la producción de lácteos de Vermont.
Justicia Migrante dice que quiere que más compañías se junten. Particularmente, la organización a la cual han estado persiguiendo es Hannaford Supermarkets, porque, los defensores dicen, son uno de los principales compradores de lácteos de Vermont.
En una declaración escrita de Junio, Hannaford dice que aunque apoya el trato justo, seguro y humano de trabajadores agrícolas, no cree que firmar un acuerdo con Leche con Dignidad es la manera de hacerlo. La compañía dice que el cambio permanente ocurrirá a través de la industria de alimentos, y en alianza con organizaciones confiables, externas y de auditoría.
Por este fin, Hannaford dice que ya se alió con otras organizaciones de lácteos a nivel nacional y está incorporando un auditor externo independiente para garantizar el bienestar y dignidad de sus trabajadores agrícolas.
Hay otros que consideran que presionar a las corporaciones a unirse a Leche con Dignidad no es el alcance más efectivo. El presidente de la asociación Vermont Retail & Grocers Association, Erin Sigrist, dijo que los derechos de los trabajadores deberían ser asunto de los funcionarios estatales y no de la industria.
“Recomiendo encarecidamente que trabajen con funcionarios electos para abordar los problemas y preocupaciones que tienen, no aparecerse en tiendas e incomodar a empleados o clientes”, dijo Sigrist.
Beneficios inesperados
Los organizadores de Justicia Migrante acordaron que deben trabajar con el departamento de trabajo de Vermont y con la legislatura del estado. Este año, la organización testificó a favor de permitir que los trabajadores agrícolas formen sindicato y despido por una buena causa, lo cual crea más límites en los procesos de despido.
Pero Justicia Migrante también dijo que ve una aplicación desigual de las leyes existentes, por lo cual los defensores están pidiéndoles a las corporaciones aliarse con trabajadores agrícolas para proteger sus derechos.
Y la investigadora de la Universidad de Virginia, Kathryn Babineau, dijo que lo que ella y su co-autora encontraron fue que los empleadores involucrándose con sus empleados pueden obtener beneficios inesperados.
“Podrían haber más oportunidades para proceso colaborativo de resolución de problemas que a menudos vemos ignoradas”, dijo Babineau.
La investigación sobre Leche con Dignidad, por ejemplo, demuestra que el programa puede mejorar las condiciones no solo para trabajadores agrícolas pero también para sus empleadores, y por extensión, para la industria en general. Esto se da principalmente porque los trabajadores en el programa se quedan más tiempo en su trabajo.
Jose Luis Cordova dice que gracias a Leche con Dignidad ha estado en la granja Gervais en Enosburg Falls por cinco años — suficiente tiempo para tener unas gallinas y plantar un jardín.
Antes de trabajar y vivir allí, dice que él no hubiera durado tanto en otra granja lechera de Vermont.
“Como las condiciones son tan malas, uno puede aguantar, no sé, máximo un año, seis meses, dos meses, dependiendo como esté el problema en los ranchos, ¿verdad?” dijo Cordova.
La diferencia ahora, dice, es que conoce sus derechos como trabajador, y sabe que hay un programa activo para defenderlos.
“Tienes confianza, tienes más libertad de expresarte, más libertad como de tener confianza, de salir, de expresarte, de pedir”, dijo.
Cordova dijo que en su trabajo, bajo estas condiciones, él está cómodo y se siente bien. Y por ahora, no tiene planes de irse.
Puedes leer una versión en inglés de la historia, aquí. Producimos la versión en español en alianza con New Hampshire Public Radio.
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